¡Ya viene la novia!

Un grupo numeroso se ha reunido ante la iglesia: señoras con elegantes sombreros y vestidos vaporosos y caballeros con trajes oscuros. Reina gran agitación.

“|Ya llega, ya llega!”

Las miradas de todos se concentran en un lujoso automóvil que se detiene frente a la entrada principal del templo.

Vestida de blanco, con un velo en la cabeza y un ramo de flores en la mano, desciende la novia.

La reconocerías entre mil por su vestido largo, por la sonrisa emocionada y feliz y por la atención y alegría que le rodea.

Su vestido blanco, su velo y sus flores ¡significan tantas cosas!

Se dice que el velo protege a la novia del mal de ojo. Se dice que, cuando arroja su ramo de flores a sus amigas, la que logre apoderarse de él se casará antes que todas. Se dice que la novia, en señal de buen augurio, tiene que llevar puesto algo nuevo, algo viejo, algo prestado, algo azul y, además, llevar una moneda en el zapato.

Pero todo eso son supersticiones. Lo cierto es que la novia se viste de blanco en señal de pureza.

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