Pizarras

Cuando aprendías a escribir, solías utilizar una pizarra negra y un pizarrín o una tiza. En realidad, escribías sobre una piedra negra, llamada también pizarra, que tiene la ventaja de poder ser separada en capas delgadas y planas. Estas hojas de piedra se pulen y cortan del tamaño adecuado para que puedas manejarlas con facilidad.

Pero no todas las pizarras son de piedra. Las que hay en las paredes de tu colegio son tan grandes que si fueran de ese material pesarían mucho y se caerían. Por eso se utilizan de otro material más ligero, generalmente madera, y además no siempre son negras sino que también las hay verdes, pardas o azules.

Para convertir un tablero en pizarra hay que ducharlo, cubrirlo con un revestimiento especial y secarlo en un homo muy caliente.

No se trata de una ducha de agua, sino de una materia plástica o esmalte líquido coloreado. Ese revestimiento es el esmalte o la sustancia plástica que, después de la ducha, queda depositado sobre el tablero.

Finalmente, se introduce éste en un homo hasta que el revestimiento se solidifica.

Ahora, ya puedes escribir sobre la pizarra con un trozo de tiza.

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