Los blancos acantilados de Dover que bordean la costa inglesa están formados por grandes capas de yeso. Todos se daban cuenta de que el
por Esopo La liebre se alababa en cierta ocasión, delante de los demás animales, de su incansable velocidad en la carrera. —Nadie me ha derrotado
Anda, niño, anda, que Dios lo manda; y Santa María, que andes un día; señor San Andrés, que andes en un mes; señor
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