Cuco Cuquillo fumaba un pitillo.
Le dijo el portero:
Pague usté al casero.
Espérese un poco. (Cuco se hizo el loco.) Cantando el tarara, Cuquillo no paga.
Le mandan los guardias (dos chicharras eran); llevaban cuchillos, sables de madera.
al pobre Cuquillo llorando le encuentran; le cortan las alas, detenido queda.
¡ Pague usté su casa!
No tengo moneda…, me compré este cuento…, me quedé sin ella.
¡Irá usted a la cárcel, bajo las moreras!
—Es una injusticia…, hagan lo que quieran.
Viendo los dibujos de un cuento de seda, el Cuco Cuquillo cantaba en su reja.
Gloria Fuertes