Ahora que estamos despacio vamos a contar mentiras: por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas.
Yo salí del campamento con hambre de seis semanas: me encontré con un ciruelo cargadito de manzanas.
Empecé a tirarle piedras y caían avellanas.
Con el ruido de las nueces, salió el amo del peral.