Entre las negras encinas hay una fuente de piedra, y un cantarillo de barro que nunca se llena.
En los árboles del huerto hay un ruiseñor; canta de noche y de día, canta a la luna y al sol.
Ronco de cantar: al huerto vendrá la niña y una rosa cortará.
Por el encinar, con la blanca luna, ella volverá.
Antonio Machado