Europa es el continente que desde hace miles de años ha sido más devastado por la mano del hombre. En ella, la tierra se mide por palmos y la Naturaleza es una y mil veces distorsionada con fines prácticos. Sin embargo, existe un lugar totalmente salvaje que, desde tiempos muy remotos, ha conservado un tesoro natural inapreciable; este lugar es el coto de Doñana. Está situado al suroeste de la península ibérica, en el delta del río Guadalquivir, entre el litoral atlántico de dunas móviles y las salobres marismas. Cientos de miles de patos y gansos forman enormes bandadas, y muchos de ellos invernan allí, en las lagunas de agua dulce, o un poco más lejos, en las marismas, donde se encuentran con el más variado conjunto de aves europeas y africanas: flamencos, garzas, cigüeñas, etc. La tercera parte de ellas son aves de presa, águilas, buitres, milanos, halcones, que se alimentan de muchos animales pequeños, como son las serpientes, algunas muy venenosas, los lagartos, las ranas, o de mamíferos tales como conejos, liebres, erizos, etc. Por el bosque hay también muchos ciervos, jabalíes y gamos, pero entre los matorrales acechan el lince, el zorro y el gato montés, que se alimentan de ellos. El coto de Doñana es un lugar muy bello, un paraíso para el amante de la Naturaleza, y de gran valor científico. |
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