Hace unos 3.000 años, los filisteos tenían en su ejército a un gigante llamado Goliat. Era muy grande, y tan feroz que asustaba a todo el mundo. Pero un joven pastor, llamado David, no se asustó de él. Cuando los filisteos atacaron al pueblo de David, éste se adelantó con una honda y mató a Goliat de una certera pedrada. Los filisteos, asustados, huyeron. Cuando David se hizo mayor, se convirtió en rey de Israel, la tierra donde vivía su pueblo. Hay una gran estatua de David joven en la Academia de Bellas Artes de Florencia, Italia. Esa estatua la realizó Miguel Angel, un gran escultor italiano que vivió hace cuatrocientos años.
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