Las lucecitas que se ven en la fotografía son en realidad las luciérnagas de las cuevas de Waitomo, en Nueva Zelanda. | Nunca había estado antes solo en una caverna oscura, pero tengo una linterna. «¡Qué rocas tan enormes y puntiagudas! ¿Adónde conducirá este camino? ¡Cielo santo! ¡Termina en un profundo agujero! Será mejor que salga de aquí. Me parece que veo luces allí arriba. Parecen estrellas. Pero, ¿cómo pueden ser estrellas si estoy encerrado bajo techo? ¿Dónde estoy?» Lo que creía que eran estrellas son sólo luciérnagas. Brillan en el techo de una gran caverna subterránea de las grutas de Waitomo, en Nueva Zelanda. El brillo mágico de las luciérnagas atrae a los insectos, los cuales se enredan en la plateada red que aquéllas tejen. Las luciérnagas tiran de los hilos y se comen a los insectos atrapados. Por esto se las llama las «estrellas de la muerte». Los guías y los visitantes van andando durante parte del recorrido por las grutas de Waitomo. Cuando llegan a la cámara de las luciérnagas, suben a una barca y atraviesan lentamente la cámara mientras admiran el maravilloso espectáculo que ofrecen las «estrellas de la muerte». El bote sale de la cámara al exterior, y probablemente pasará un rato antes de que el visitante advierta que está en el exterior contemplando las estrellas, y no en el interior mirando las «estrellas de la muerte». |
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