Si hablas o cantas en una sala donde hay eco, tu voz resonará al chocar contra las paredes y nadie podrá entender lo que estás diciendo o cantando.
Los grandes músicos y cantantes prefieren tocar o cantar en lugares donde no haya eco. Cuando un violinista toca una melodía, quiere oír un solo sonido a la vez, y no varios.
Los teatros, auditorios y salas de conciertos deben estar construidos de modo que no se produzcan ecos en su interior. Para proyectar su construcción es necesario estudiar una ciencia llamada acústica. El estudio de esta ciencia ayuda a controlar los sonidos.
Un lugar famoso en el mundo por su acústica perfecta es el Tabernáculo de los mormones en Salt Lake City, Utah, Estados Unidos. El techo parece una taza invertida. Para dar forma curva a ese techo, los arquitectos emplearon grandes cantidades de tablas y las unieron entre sí con cuñas de madera.
La acústica del Tabernáculo es tan perfecta que si alguien deja caer un alfiler en un extremo de la sala, otra persona situada en el extremo opuesto percibe el sonido con toda claridad.