Las grandes ciudades modernas están rodeadas de autopistas de circunvalación para facilitar la entrada y salida de los vehículos. Las ciudades medievales estaban rodeadas de murallas para defenderlas e impedir la libre entrada y salida de las gentes.
Avila es una ciudad medieval dentro de una enorme muralla de doce metros de altura. Esta muralla se construyó en un tiempo en que la ciudad estaba en la frontera cristiana que limitaba los dominios árabes y era preciso defenderla contra los continuos ataques de los musulmanes. Entonces, la muralla cumplió la finalidad para la que la construyeron. Hoy, cuando las ciudades no se defienden con murallas de piedra, Avila ofrece un aspecto curioso y antiguo que atrae a visitarla a miles de turistas. Las murallas ya no defienden nada. Pero están en pie porque las construyeron tan sólidas que ni el viento ni la lluvia ni la nieve han podido derribarlas.
