Si tuvieras la oportunidad de dar la vuelta al mundo y recorrer todos los países de la Tierra, no dejarías de observar que la piel de los hombres es de distinto color y que dentro de esos colores hay diversidad de matices. Verías personas con la piel muy blanca si recorrieras el Norte de Europa. Verías hombres con la piel morena en el Sur de ese continente. Verías personas con la piel más o menos negra según en qué parte de África estuvieras. Verías poblados enteros de Malasia con sus habitantes de piel achocolatada.
Verías millones y millones de personas de tez amarillenta si pasaras por China o Japón, y en Estados Unidos podrías ver tribus de indios pieles-rojas, cuya piel no es exactamente encamada, pero sí de un tono rojizo o cobrizo.
Así, los colores sirven también para conocer de qué parte del mundo procede una persona o sus antepasados. Esos colores han servido para hacer una clasificación de los seres humanos en cuatro grandes razas: blanca, negra, amarilla y cobriza.
En la fotografía hay niños de cuatro razas. Por la forma de sus ojos puedes reconocer al niño chino que representa a la raza amarilla. Las dos gemelas de la primera fila son de raza negra, Los dos niños de la derecha son de raza blanca, uno de pelo rubio y el otro de pelo negro. Las dos niñas y el niño restantes son descendientes de indios americanos y tienen la piel morena.
