Me gusta mirarme en el espejo. En el espejo veo cómo soy. El espejo me ayuda a saber cosas de mi persona.
Es divertido hacer muecas delante del espejo. Se me ocurre un poema:
Este payaso que hay en mi espejo repite mis muecas y hace mis gestos. Su nariz se arruga si arrugo la mía, su cara sonríe si muestro alegría.
Si muevo mis labios para decir “eso” parece que el tonto vaya a darme un beso. No puedo lograr que el payaso se vaya aunque le amenace con cara de rabia. ¿Quién será el payaso que me imita, me saca la lengua, se ríe y me irrita ?
Me río al ver las muecas que hago delante del espejo. Pero si lo que me interesa es saber cómo soy, lo mejor es que me fije bien en mi aspecto. Ahora voy a observar mi cara.