No hay nadie que tenga la voz igual a la mía. Y mi voz no suena siempre igual. Pero la gente me reconoce por la voz.
Cuando hablo utilizo mi lengua, mis labios y mis dientes. También utilizo el paladar y los músculos de mis mandíbulas, mi nariz y mi garganta. Estos órganos son diferentes de los de cualquier otra persona. Y yo los utilizo de un modo particular que se puede distinguir fácilmente del de cualquier otra persona.
Hay una máquina especial que puede hacer un dibujo de mi voz. Cuando yo hablo, la máquina convierte los sonidos en líneas de un dibujo. Entonces, la máquina imprime el dibujo en un papel.
Yo puedo hacer muchas cosas con mi voz para que suene de manera diferente. Puedo hablar alto. Puedo hablar en un susurro. Puedo taparme la nariz o hablar a través de un pañuelo. Puedo imaginar que soy muy viejo y hablar con voz temblorosa. Todas estas cosas harían que el dibujo de mi voz cambiase un poco.
