El pastor y el lobo
por Esopo Un pastorcillo cuidaba cada día sus ovejas mientras éstas comían hierba. Pasaba el rato lanzando piedras y viendo hasta dónde llegaban, o mirando
LA PALOMA y la hormiga
por Esopo Una hormigá iba andando con sus tres pares de patas cuando, de pronto, se paró. —Tengo sed —dijo la hormiga en voz alta.
La liebre y la tortuga
por Esopo La liebre se alababa en cierta ocasión, delante de los demás animales, de su incansable velocidad en la carrera. —Nadie me ha derrotado
El que se ríe solo de su picardía se acuerda, Eso es verdad, así me pasó al ver esta página, recordé tantas vivencias de mi infancia, sana y creadora infancia, muchas gracias
Que raro