A veces, en las cercanías de las costas y en las desembocaduras de los grandes ríos se acumula la arena sobre un fondo rocoso y puede formar una colina submarina que emerge del agua.
Los capitanes de las embarcaciones que navegan por esos parajes han de conocer muy bien dónde se encuentran los bancos de arena para desviar el barco y evitar que quede encallado en la arena.
Un banco de arena cercano a una playa hace las delicias de los bañistas, pero puede ser muy peligroso para las embarcaciones de recreo que surcan el agua a gran velocidad.