Si miras al cielo en una noche oscura y límpida
de la primera quincena de agosto, será muy raro que no veas
una estela luminosa cada pocos minutos.
Es como un cohete que surca el aire o como las chispas que caen en los fuegos artificiales. Reciben el nombre de «estrellas fugaces», pero en realidad no son estrellas.
¿Qué son las estrellas fugaces?
Como la Tierra y los otros planetas,
hay un enjambre de pequeños astros o rocas
que giran alrededor del Sol.
Son los meteoritos o meteoros.
En determinadas épocas del año, principalmente en la primera quincena de agosto, estos cuerpos pasan cerca de la atmósfera de la Tierra. Muchos entran en ella y al rozar con el aire se calientan tanto que se ponen incandescentes y su radiación forma en el cielo una estela luminosa que llamamos estrella fugaz.
Alguno de estos cuerpos son muy grandes y llegan a caer en la tierra formando grandes agujeros.
Los meteoros, en cambio, son diminutas partículas que se convierten en polvo al entrar en la atmósfera.
Cráter de un meteorito en Arizona |