¿Qué puede hacer que la tierra se agite, que los océanos inunden la costa, que cambie el curso de los ríos?
¿Qué puede arrancar los árboles, derribar altos edificios y romper los cristales de las ventanas en muchos kilómetros a la redonda?
Un terremoto puede hacer todo esto.
Un terremoto intenso produce un ruido más fuerte
que cualquier tempestad de truenos.
Pero la mayoría de terremotos
son tan débiles que apenas se notan.
Y cuando se notan, parecen producidos por un camión que pasa.
Aunque se registran casi un millón de terremotos anuales, tú casi no te das cuenta de ninguno, porque la mayoría de terremotos se dan cerca de las montañas altas o de los océanos.
El terremoto comienza en lo más profundo de la tierra, donde el calor hace que las rocas subterráneas se arruguen y retuerzan, como un trozo de carne en la sartén. Un gran terremoto arruga el suelo de tal manera que, a veces, forma grandes grietas en la tierra.