El mundo de la noche

Un ratón se pasea por un prado en una noche estrellada. Aunque no ve casi nada, el ratón conoce el camino porque esta parte del prado es su territorio. Tú también puedes ir del comedor de tu casa a tu habitación aunque esté a oscuras. El aire está lleno de olores y el ratón olfatea mientras se pasea. El olfato le sirve para encontrar comida.

Cerca del ratón, un búho de grandes ojos está posado sobre un árbol. Sus grandes ojos le permiten ver más que los del ratón. Por eso el búho puede ver mejor en la noche que un animal diurno. Sin embargo, si la noche es muy oscura, el búho no ve al ratón. Pero, de repente, el búho se lanza sobre el ratón. El búho tiene un oído tan fino que oye incluso el ruido que hace el ratón al correr. Gracias a su oído, puede atrapar al ratón.

En otra parte del prado, un mapache olfatea el aire y escucha en busca de alimentos. Los ojos del mapa-che brillan como dos brasas amarillas. En el interior de los ojos del mapache hay como dos espejitos que reflejan la luz de la luna y de las estrellas. Muchos animales nocturnos tienen ojos como espejos, que les sirven para ver mejor en la noche.

De noche, en los prados y bosques hay tanta actividad como en pleno día. Allí hay mariposas, luciérnagas, murciélagos, búhos, chotacabras, zorras, ma-paches y otros animales. Durante toda la noche, estos animales cazan y comen en su mundo nocturno, lleno de ruidos y olores.

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