Un océano en una cucharilla

Imagina que tienes ojos microscópicos y miras una cucharada de agua de un charco.

El agua parece clara a todos los demás. Pero con ojos microscópicos tú puedes ver que hay cientos de miles de pequeñas criaturas que nadan en el agua. Una cucharadita de agua es como un océano para las diminutas criaturas del mundo oculto.

Son criaturas muy raras. Una de ellas parece como una zapatilla de cristal. No tiene cabeza ni piernas ni ojos ni boca. Su cuerpo está cubierto por hileras de pelitos. Los utiliza como pequeños remos para moverse en el agua. Esta criatura se llama paramecio.

De repente, aparece otra criatura. Parece un trozo de gelatina lleno de burbujas. Cambia de forma cada vez que se mueve. Avanza lanzando parte de sí misma hacia delante, como si fuera un brazo, y arrastrando el resto de su cuerpo a continuación. Esta criatura es una ameba.

La ameba se mueve en dirección al paramecio. Envía sus brazos, largos y rizados, por encima y debajo del paramecio. El paramecio queda atrapado. De repente, ya está dentro de la ameba. El paramecio se irá disolviendo a medida que la ameba lo va digiriendo.

En una cucharadita de agua de charco puedes encontrar diferentes clases de criaturas diminutas, llamadas protistos. Se trata de algunos de los seres vivos más pequeños que existen.

 

Ameba y paramecio

  1. Vista con el microscopio, la ameba parece una gota de gelatina. Al avanzar tropieza con un paramecio.
  2. La ameba atrae al paramecio hacia sí. Todo su cuerpo comienza a envolver al paramecio.
  3. Ahora el paramecio está dentro de la ameba. Se ha convertido en alimento. Pronto desaparecerá, mientras la ameba lo va digiriendo.

 


 

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