Las luces que se ponen en las obras para indicar precaución tienen un interruptor automático que enciende y apaga la bombilla. El interruptor es una lámina metálica provista de un muelle. Cuando la lámina está en contacto con la bombilla, la luz está encendida. La electricidad calienta la lámina hasta que ésta se curva, pierde el contacto con la bombilla y la luz entonces se apaga. La lámina se enfría, recupera su forma y vuelve a entrar en contacto con la bombilla. Entonces, la luz se enciende de nuevo. En los semáforos hay interruptores conectados a relojes que hacen encender y apagar, a determinados intervalos, las luces roja, ámbar o verde.
Un interruptor vuelve intermitente las luces de dirección de un automóvil. El interruptor no funciona hasta que el intermitente ha acumulado una cantidad suficiente de electricidad. Cuando hay electricidad en cantidad suficiente, se conecta el interruptor y la corriente pasa a la bombilla. La lámpara se enciende, pero una vez ha consumido la carga acumulada el interruptor se desconecta y la lámpara se apaga. El intermitente vuelve a acumular electricidad hasta que hay una cantidad suficiente para encender de nuevo la lámpara. | |
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