Es muy posible que estés andando sobre corcho sin saberlo siquiera.
Pero, primero una máquina ha tenido que moler el corcho hasta convertirlo en polvo, y después ha habido que mezclarlo con aceite de linaza y otras sustancias gomosas, tales como resina.
Así se forma una pasta que se extiende sobre un tejido llamado harpillera. A continuación, unos grandes rodillos la prensan y allanan: en seguida se calienta en unos hornos especiales hasta que se haya endurecido tanto que se pueda caminar sobre ella.
Por último, otra máquina corta el material en cuadrados, los cuales se pegan sobre el suelo.