Hay artistas que emplean innumerables trocitos de cristal, muy distintos de forma y color, para fabricar las vidrieras que se instalan en las ventanas de las iglesias.
Primero, el artista dibuja en un cartón la figura al tamaño que desea; después, divide el dibujo en muchas partes y numera cada una de ellas, indicando así dónde tienen que colocarse las distintas piezas de vidrio coloreado. Este se corta luego en trozos iguales a las secciones del dibujo.
Los detalles de la imagen se dibujan sobre el vidrio con esmalte opaco del color deseado. Todas las piezas se ponen en el homo y luego, una vez cocidas y enfriadas, se reúnen para recomponer la figura, como tú ordenarías las distintas partes de un rompecabezas. Finalmente, para mantener unidos todos los fragmentos, se colocan varillas de plomo entre uno y otro.