Imagínate que deseas vender tu bicicleta por mil pesetas, pero nadie quiere comprarla. Bajas el precio a setecientas pesetas, pero todavía no se interesa nadie por ella. Probablemente, el motivo es que faltan compradores dispuestos a adquirir una bicicleta usada. Lo que quiere la gente es comprar bicicletas nuevas. Pero supongamos que, de repente, todas las fábricas de bicicletas cierran y ya no es posible comprar una bicicleta nueva. Quizás entonces más de uno se interesaría por tu vieja bicicleta. | En este caso habría demanda en relación con ella. Seguramente la venderías por más de las mil pesetas que pedías por ella al principio. Y si esperaras un año, o dos, tanta gente desearía comprar bicicletas que no habría bastantes para todos. El precio de tu bicicleta subiría tal vez hasta cinco mil pesetas. Y si esperaras diez años, obtendrías aún más. Hay cosas, como los diamantes y las perlas naturales, que son muy caras a causa de su escasez y de la incesante demanda del público. Y otras cosas, como los cuadros de los pintores famosos, alcanzan precios muy elevados por ser únicas en su género. |
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