Barras de pan sin cocer |
A punto de entrar en el horno |
Para obtener el pan de tu merienda ha sido preciso hacer una masa con harina de trigo, o de centeno o maíz, agua y unos hongos microscópicos que originan una transformación química en la harina, la fermentación, y dan lugar a que la masa se hinche y se haga esponjosa. Los hongos constituyen la levadura.
Una vez amasada la harina con agua y un poco de sal, se deposita la masa en una artesa durante unas horas para que fermente. Si te permitieran entrar en una panadería verías que esa masa aumenta poco a poco de volumen, debido a que se desprende un gas llamado anhídrido carbónico, y se calienta ligeramente mientras se efectúa el proceso químico de la fermentación. Ésta hace que la harina se haga esponjosa y más digerible. Después se introduce la masa en una máquina para ser cortada en piezas del mismo peso.
Estas piezas se dejan sobre unos estantes o tablas, con objeto de que continúen fermentando, y se introducen al cabo de un rato en el homo. En el interior de este homo no podrías resistir el calor, pues hay una temperatura de unos 225 grados, o sea, más de seis veces superior a la de tu cuerpo. Las piezas de masa permanecen en el homo durante unos veinticinco minutos y seguidamente se sacan convertidas en bollos o barras de pan tierno y crujiente.
Trigal con las mieses granadas
Lavado del trigo