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Antiguamente, las bañeras eran unos simples recipientes de cinc, pero para que tu baño fuera más agradable e higiénico los fabricantes las fueron perfeccionando. En la actualidad comienzan dando forma a una plancha de hierro. Después, proyectan sobre su superficie interior unos potentes chorros de arena o trozos muy pequeños de hierro. De este modo, la superficie queda limpia y un poco rugosa para que se adhiera mejor una capa de esmalte que se pulveriza sobre ella. Después que ese revestimiento está seco, se introduce la bañera en un homo a 800 grados de temperatura durante unos minutos. Al sacarla todavía muy caliente, se pulveriza otra capa de esmalte blanco con un tamiz, la cual se funde al contacto con la otra capa. Ya está lista la bañera. Debes limpiarla al terminar de bañarte, pues la suciedad se adhiere fuertemente cuando se seca y cuesta mucho trabajo quitarla. |
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La bañera
