Todos los granitos de arena que hay en el mundo han sido parte alguna vez de una gran roca.
El calor y el frío agrietaron las grandes rocas y el viento y el agua las desmenuzaron.
El viento sopla sobre las rocas y desprende de ellas granitos de piedra que forman la arena.
Las gotas de lluvia golpean las rocas y les arrancan algunos pedacitos que forman la arena.
Las olas del mar se estrellan contra las rocas y las rompen en trocitos que forman la arena.
Cuando ves la vastedad de una playa o un desierto, piensa que todos sus granitos de arena
provienen de grandes rocas que fueron rotas por el calor y el frío y desmenuzadas por el viento y el agua.
El viento y el agua siguen desmenuzando todos los días las grandes rocas para hacer más granos de arena.