Todas las plantas reproducidas en estas dos páginas son curiosas. Tienen colores vivos y formas poco comunes. Algunas de ellas pueden conservarse y emplearse para decorar las casas durante el invierno o en ocasiones especiales.
Las lunarias y siemprevivas se plantan a principios de primavera. La lunaria florece en mayo y junio. Las flores se transforman en varias vainas plateadas llenas de semillas que, una vez secas, pueden colocarse en un jarrón. Las siemprevivas florecen desde mediados de verano hasta la primera helada. Pueden cortarse, hacerse secar y emplearse también para decorar.
Las calabazas también se plantan a principios de primavera. Maduran en otoño y adquieren distintas formas y tamaños, con franjas y atractivos dibujos. Se conservan durante varios años y pueden pintarse o barnizarse. Las calabazas y el maíz se emplean a veces en la decoración.