Cuando está la luna sobre el horizonte, muchos enanitos juegan en el monte.
A las esquinitas y a la rueda, rueda, juegan los enanos bajo la arboleda.
Muy blanca la barba, muy rojo el vestido, los enanos juegan sin hacer ruido.
- así, como blandos ovillos de lana, por el campo corren hacia la montaña.
Germán Berdiales