Un cronometro dispone siempre de una saeta especial, el segundero, que da la vuelta a la esfera del reloj en un minuto. La esfera del cronómetro está dividida en partes que indican períodos de tiempo más breves que un minuto. Estos períodos de tiempo son los segundos. Cada minuto tiene 60 segundos. En el cronómetro, cada vez que el segundero da una vuelta completa a la esfera, el minutero avanza una línea en la esfera más pequeña.
Imagínate que vas a participar en una carrera. Cuando el hombre dice: ¡Ya!, sales corriendo y él aprieta el botón del cronómetro. El segundero se pone en marcha. Al minuto exacto, la saeta de los minutos avanza una línea. Cuando llegas a la línea de meta, el hombre aprieta de nuevo el botón y ambas saetas se paran indicando el tiempo exacto que has empleado en la carrera.