Los gusanos de seda tejen una especie de saliva que les sale por la boca y que no es otra cosa que un largo y continuo hilo de seda, que enrollan en tomo a su cuerpo hasta que, por último, sólo se ve una bola alargada de seda, llamada capullo. Al gusano, envuelto en su capullo, se le da un baño de vapor. En efecto: éste facilita la extracción del largo hilo de seda y la operación de ponerlo en pequeñas ruecas, hilarlo y formar madejas para enviarlas a los establecimientos en que se transforman en tejidos. |
Gusanos de seda devorando hojas de morera |
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