Esa torre se llama así porque la construyó un gran ingeniero francés que se llamaba Alexandre-Gustave Eiffel. Este primer rascacielos se construyó antes de que tus abuelos nacieran. Francia decidió organizar una Exposición para mostrar al mundo entero sus productos. Los franceses querían hacer algo que atrajera a los visitantes, causara asombro en ellos y les hiciera admirar el poder de la técnica francesa. Por ello, escogieron levantar la torre proyectada por Eiffel. Cuando comenzaron a montar las grandes vigas metálicas, a mucha gente no le gustó la torre. La llamaban el esqueleto gigante. Pero cuando estuvo terminada e iluminada por las noches, cambiaron de idea. Parecía una torre de encaje. Si montas en un ascensor y subes a lo alto de ella, verás la ciudad de París y podrás comprar un bocadillo en la tienda de bocadillos más elevada del mundo e incluso comer en el restaurante. Sin salir de tu habitación, en París, también puedes echar una ojeada desde la torre Eiffel. En el punto más alto de ella hay una antena de TV que envía programas a toda la ciudad. Hay quien dice que la Torre Eiffél es una de las siete maravillas del mundo moderno.
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