La rana es un monstruito verde esmeralda como el sombrero y mis botas, como mi falda.
No me da miedo su pinta extraña; por más que croe no me hará nada.
El león fiero ruge y me acecha con su bocaza.
Yo no le temo y, despreocupada, me acerco y trenzo, con su melena de lana, una mantita para mi cama.