Un niño con su madre no tiene miedo.
Se le cierran los ojos y entra en el sueño.
Dentro del sueño, el bosque tiene un sendero.
- el niño que va solo no tiene miedo.
No tiene miedo el niño dentro del sueño.
Los brazos de su madre le están meciendo.
Le están haciendo daño.
Mira: la mar.
Suéltate de esos brazos,
¡y a navegar!
Al cabo de los años, madre, estás muerta.
Navegando, tu hijo llega a la puerta.
¡ El mar, el mar, el mar!
Para el niño una madre que le haga soñar.
Luis Felipe Vivanco