Los reyes de Egipto eran enterrados en grandes tumbas con joyas, vasijas de oro e incluso tronos y carrozas. Aquéllas, contenían tantas cosas valiosas que los ladrones entraban en ellas para saquearlas. Para evitarlo, los reyes decidieron esconder sus tumbas y dejaron instrucciones para que los entierros se celebraran en un lugar secreto, el denominado Valle de los Reyes. Las tumbas no debían mostrar señal alguna. Pero, a pesar de esto, las joyas, los jarrones y los tronos y carrozas desaparecían. Cuando los arqueólogos llegaron a ellas, descubrieron que habían robado los tesoros precisamente los encargados de custodiarlos. Si algún día hallaras una tumba de un rey de Egipto, podrías estar casi seguro de que alguien la ha saqueado antes de que tú la descubrieras.
|
Este templo del Valle de los Reyes fue construido hace miles de años. |