Juega a caminar como los animales

Ponte derecho con los pies separados. Échate hacia el suelo sin doblar las rodillas. Mantén rígidos los brazos y las piernas. Camina con paso lento y pesado.

Agáchate, túmbate hacia atrás y pon las manos detrás de ti en el suelo, sin sentarte. Mantón la espalda rígida. Camina hacia atrás moviendo el brazo y la pierna derechos al mismo tiempo, y luego el brazo y la pierna izquierdos, también al mismo tiempo. Practica este paso hasta que puedas hacerlo muy deprisa. Después, trata de correr.

Agáchate como la niña de la fotografía. Extiende tus brazos. Ahora, pon las manos debajo de la barbilla, y ya tienes alas como un pato. Camina con paso rígido y agita los brazos, doblados, como si fueran alas.

Túmbate sobre el estómago. Pon las manos en el suelo, planas y con los dedos dirigidos hacia los lados. Levanta a pulso el cuerpo hasta que tus brazos estén rígidos y tensos. Seguidamente, empieza a caminar con los brazos arrastrando los pies detrás de ti.

Agáchate y dobla los brazos delante del pecho. Salta tan alto y tan lejos como puedas. Dobla las rodillas cada vez que toques tierra.

El salto del conejo

Agachado, pon los brazos entre las piernas y las manos en el suelo. Lánzate hacia delante impulsándote con los pies y dejando de sostenerte con las manos en el suelo. Salta en tierra, primero con las manos y seguidamente con los pies. Para el próximo salto, acerca los pies a las manos. De este modo puedes llegar a saltar velozmente, igual que un conejo.