Si los jugadores de fútbol o rugby vistieran cada uno a su manera, te sería difícil distinguir cuál de ellos pertenece a tu equipo favorito. O si eres tú el que juega, podrías confundirte con facilidad y entregar la pelota a un jugador contrario.
Por ello, cada equipo va uniformado con ropas de colores iguales: camisetas del mismo color, pantalones del mismo color y calcetines del mismo color. De este modo, Cuando te encuentras en tu localidad de un gran estadio contemplando un partido, no distinguirás la cara de los jugadores, pero verás fácilmente unas manchas de color que se disputan o pasan unas a otras la mancha blanca de la pelota, y cómo una mancha negra hace sonar un silbato para castigar las faltas que cometen los jugadores.
Viendo un partido de baloncesto, estás más cerca de los jugadores, pero éstos se mueven con tal rapidez que tampoco puedes distinguir más que el color de las camisetas. El árbitro también es una mancha de color diferente a las manchas que juegan.