En otros tiempos, las iglesias eran los edificios más altos y grandes de la ciudad. Eran tan altos que se podían ver a varios kilómetros de distancia. Y se encontraban en el centro de la ciudad, o muy cerca del centro, de manera que los otros edificios no quedaban muy lejos del templo. Muchas de estas iglesias, altas y espaciosas, se llaman catedrales.
Había una razón para construir las grandes catedrales en el centro de la ciudad. La catedral era un símbolo de Dios, de la religión y de la Iglesia. La gente se sentía más cerca de Dios, porque sabía que estaba cerca de su templo. Y además se acordaban de Dios, incluso cuando se encontraban lejos de la ciudad, porque podían ver la catedral a varios kilómetros de distancia.
Cuando veas una ciudad y su catedral, con este enorme y antiguo templo en el centro, podrás darte cuenta que el culto de Dios y el respeto por la religión y la Iglesia eran muy importantes para las personas que vivían allí.