¡Mira aquí!

De manera espontánea uno se fija en el centro del cuadro superior, de la página siguiente. En realidad, esto es lo que el artista deseó que miraras, e hizo todo lo posible para asegurarse de que tu atención se dir igiría al centro.

Pintó alrededor de la Madre y el Niño un templo en minas para que la mirada se concentrara en las dos figuras. Muchas de las personas que aparecen en el cuadro miran en la misma dirección, de modo que incluso tú sientes curiosidad de ver lo que están mirando. Naturalmente, contemplan a la Madre y al Niño que están en el mismo centro del cuadro.

Ahora, mira el mismo cuadro con los ojos entornados. ¿No ves cómo muchos de los personajes que figuran en él están colocados formando una X?

El artista pintó a la Madre y al Niño en el mismo centro, donde se cruzan los dos trazos de la X. Como ves, al combinar o componer las diversas partes del cuadro lo que se propuso el pintor fue que la gente mirara al sitio que él quería. Esta composición te invita a mirar exactamente al centro.

Pero un artista puede, con la disposición de los elementos de su cuadro, atraer la atención hacia otro punto.

¿Dónde supones que el autor del cuadro inferior, de la página siguiente, quería que miraras ?

La Adoración de los Magos, por Sandro Botticelli Jinetes bajo la lluvia, cuadro de Edgar Degas
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