Imagínate que sólo tienes pintura roja. Mojas el pincel en ella y pintas una mancha de ese color sobre un trozo de papel amarillo. Entonces, lo miras y te dices:
“Este rojo es muy oscuro. Quiero que parezca un poco más claro”.
¿Qué puedes hacer? No dispones de otros colores, tales como el blanco o el amarillo, para mezclarlos con el rojo y de este modo hacer que disminuya la intensidad de su tono.
¿Cómo conseguir que el rojo parezca más claro sin emplear otra pintura?
¡Muy sencillo! Todo lo que tienes que hacer es encontrar un trozo de papel azul y pintar una mancha roja en él. Ahora parece un rojo más claro. Has cambiado la apariencia del color, pero no éste. Sólo has puesto un color junto a otro.
Mira las manchas rojas en cada una de las dos ilustraciones de abajo. Lo creas o no, los rectángulos del centro son del mismo color rojo. Puedes probarlo cubriendo los colores que los rodean.
También esto es una especie de ilusión óptica.
Indica, simplemente, que las cosas no siempre son lo que parecen.