En las calles y carreteras hay señales que indican a los que viajan en vehículos motorizados lo que han de hacer para circular correctamente.
Unas obligan a tomar una dirección determinada o a detenerse en un lugar; prohíben aparcar en una plaza o entrar en una calle.
Otras aconsejan circular a una velocidad ideal para pasar por un tramo de carretera con muchas curvas.
Otras simplemente dan una información: dicen dónde hay un paraje pintoresco, un camping, alguna ruina histórica o monumento importante, una gasolinera, un taller de reparación, etc.
Sean del tipo que sean, las señales hablan por sí solas y son de más utilidad práctica que los letreros. Si no existieran las señales y en su lugar hubiera letreros, los conductores no tendrían tiempo de leerlos todos y habría muchos más accidentes que ahora. Calcula los segundos que costaría leer una pancarta con este texto: “No circules a mucha velocidad porque los niños de una escuela que hay aquí cerca cruzan con frecuencia la calle y podrías atropellarlos”. ¿Sabes qué señal sustituye a esta frase?