A veces, en el cine y la televisión has visto ciudades enteras que desaparecen bajo tierra durante un terremoto, grandes acorazados que se hunden alcanzados por torpedos, animales gigantes que derriban edificios, y monstruos que aplastan automóviles con sus patas.
¿Es esto lo que ves realmente? No; estás viendo ciudades en miniatura, cuyos edificios son tan diminutos como aquellos que se levantan junto a las vías de los trenes de juguete. Y los acorazados que ves hundirse son, en realidad, barcos de juguete que se sumergen en un estanque.
Los animales gigantescos que aparecen en la
pantalla no son más que pequeños muñecos mecánicos que derriban edificios en miniatura. La mano del monstruo que estruja un automóvil es sólo la mano de un hombre que aplasta un juguete minúsculo.
Los productores de cine gastan grandes cantidades de dinero para hacer películas, pero nunca tendrían dinero bastante para destruir ciudades de verdad, hundir auténticos portaaviones, o destrozar verdaderos edificios y automóviles.
Con la ayuda de la cámara, presentan, en vez de la realidad, un conjunto de ilusiones ópticas.
Si piensas que asistes a un suceso real, la verdad es que, tál como aparece, no ha ocurrido nunca.