Como un ordenador

Cuando ves un 1 y un 0 juntos, dirías que significan 10. Pero para un ordenador representan un dos.

Nosotros contamos con diez cifras —0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9—, pero el ordenador sólo usa dos, 1 y 0. Así pues, los números de los ordenadores no se parecen a los números que estamos acostumbrados a ver. Nuestro ocho es un 8. Pero el ocho de un ordenador es 1000.

Nuestro sistema numérico tiene una base de diez. Cuando llegamos al diez, empezamos a contar por decenas. Cuando llegamos al cien (diez decenas) empezamos a contar por centenas, y así sucesivamente. El número 235 está formado por dos centenas, tres decenas y cinco unidades:

Cada número es como otras tantas cuentas en un ábaco. Su lugar o posición muestra lo que representa.

Pero el ordenador no usa una base de diez, sino una base de dos. No tiene sitio para las unidades, las decenas, las centenas, etc. Un ordenador tiene un sitio para los unos, un sitio para los doses, un sitio para los cuatros, uno para los ochos, y así sucesivamente.

Cuando un ordenador registra el 2, lo hace con un 10: “un dos y ningún uno”. El 4 es 100: “un cuatro, ningún dos y ningún uno”:

Así es como quedan registrados en el ordenador los números del 1 al 10:

Para el número 100, nosotros escribimos 100. El ordenador registra 1100100. ¿Puedes ver por qué?

Lo que esto significa es 64+32+4, que es igual a 100. Como puedes ver, el ordenador se limita a sumar los números, pero este trabajo lo hace de una manera extraordinaria: a mayor velocidad que tú guiñas un ojo.

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