Dedos, flores y renacuajos

A medida que las tribus se fueron convirtiendo en naciones y las aldeas en ciudades, los hombres dispusieron de más y más bienes, de los que debían llevar la cuenta. Los mercaderes anotaban en sus registros los artículos que cambiaban a otros mercaderes. Los recaudadores de impuestos reales también hacían inventario de las cestas de cereal que recibían.

Para hacer estas cosas y muchas otras, había que tener una manera de escribir los números. Así pues, se inventaron las cifras. Las cifras son marcas que representan los números. Estas marcas hacen posible mantener registros por escrito de aquello que puede expresarse en números.

Algunas de las primeras cifras de que tenemos noticia fueron inventadas por los egipcios hace unos cinco mil años. Como las gentes de otros lugares, los egipcios contaban con sus dedos. Así pues, no es sorprendente que sus marcas escritas para los primeros nueve números parezcan dibujos de dedos. Simplemente usaban tantos dibujos de dedos como necesitaban. Por ejemplo, el seis se representaba con seis dedos.

El sistema numérico egipcio se basaba en la decena. Así pues, para los números diez, cien, mil, diez mil y cien mil, tenían signos especiales.

Para el número diez, los egipcios usaban un arco, una especie de curva. Para escribir doce, usaban un arco y dos dedos. El número treinta y tres se escribía con tres arcos y tres dedos. Los egipcios escogieron la curva como cifra para el diez porque quizá la veían como una especie de cercado que contenía las primeras nueve cifras.

La cifra egipcia para el cien era una soga con una vuelta, parecida a un lazo o trampa para cazar animales pequeños. Los egipcios quizá escogieran este símbolo porque los cazadores podían poner un centenar de esas trampas.

El dibujo de una flor de loto era la cifra para el mil. Hay millares de flores de loto en el río Nilo. Así que los egipcios tal vez pensaran que el loto era un buen símbolo para un número grande como el mil.

El número para el diez mil era un dedo curvado. Acaso representase el dedo del soberano egipcio, el faraón, que podía convocar a diez mil personas con sólo mover un dedo.

Para el número cien mil, los egipcios usaban el dibujo de un renacuajo. En el Nilo vivían millones de ranas. Cuando sus huevos eclosionaban, las aguas debían llenarse de renacuajos. Así pues, no es difícil imaginar por qué escogieron los egipcios al renacuajo como símbolo de un número tan grande como el cien mil.

Los egipcios no tenían cifra para el cero. Tampoco sus cifras cambiaban de valor, a diferencia de las nuestras. En nuestro sistema, el 1 sólo representa uno. Pero delante de otro número (como, por ejemplo, en el 13), el 1 significa una decena. La marca egipcia del 1 representaba solamente un uno. Podía situarse en cualquier lugar de una fila de números.

El 1.245 se escribiría así:

¿Cómo escribirías tú el 10.582 usando antiguas cifras egipcias? Todas las cifras que necesitas están aquí dibujadas.

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