Todo el mundo ha oído hablar de los vampiros, esas espantosas criaturas que se alimentan de sangre humana. Según la leyenda, los vampiros consiguen la sangre saliendo por la noche a morder a la gente que duerme.
Para mantenerse vivo, un vampiro tiene que morder más o menos a una persona por semana. Y la persona mordida se convierte a su vez en vampiro.
Mucha gente cree que existen los vampiros. Pero lo cierto es que no existen en absoluto.
Y podemos utilizar la multiplicación para demostrárselo a tus amigos.
Así es como se hace. Supongamos que una vez existió de verdad un vampiro. Supongamos que este vampiro mordía, para sobrevivir, a una persona todas las semanas. Y al final de la semana, la persona mordida era ya otro vampiro.
Así pues, al final de la primera semana tenemos dos vampiros.
La segunda semana, cada uno de estos vampiros muerde a alguien, y las dos personas mordidas se convierten en dos nuevos vampiros.
La tercera semana los cuatro vampiros muerden a otras cuatro personas. Ya tenemos ocho vampiros.
Al final de la segunda semana tenemos, pues, cuatro vampiros. |
¿Ves lo que está ocurriendo? Cada semana se dobla el número de vampiros. Doblar es exactamente lo mismo que multiplicar por dos Si doblas ocho, tienes dieciséis. Y si multiplicas ocho por dos, también tienes dieciséis. Así pues, la cuarta semana había dieciséis vampiros. Y al final de la quinta semana, dos veces dieciséis, es decir, treinta y
dos vampiros, y así sucesivamente. Si el proceso no se detiene, el número de vampiros sedientos de sangre llegará a crecer a pasos agigantados. La décima semana habrá 1.024 vampiros. La semana decimoquinta, 32.768.
Y cuando hayan pasado veinte semanas habrá 1.048.536 vampiros. Esto es, más de un millón de vampiros.
Pasadas veinticinco semanas habría 33.554.432 vampiros. Y, pasadas treinta semanas, habría un total de 1.073.741.824 vampiros; ¡más de mil millones de vampiros!
En la semana treinta y dos habría 4.294.967.296 vampiros. Y esto es más de cuatro mil millones de vampiros.
Pero ¡espera un momento! En todo el mundo hay poco más de cuatro mil millones de personas. Como ves, si alguna vez hubiera habido un vampiro, todos los habitantes de la Tierra se habrían convertido en vampiros en sólo treinta y dos semanas. Y dado que sabes muy bien que ni tú ni tus amigos sois vampiros, ves claramente que nunca han existido tales seres, ¿verdad?