Mi oído me sirve para algo más que para oír. Tiene otra misión muy importante : ayudarme a mantener el equilibrio.
Gracias a él permanezco erguido mientras ando.
Dentro de mi oído hay tres pequeñas cavidades llenas de un líquido. Son mis conductos semicirculares. En el fondo de cada uno de ellos hay pequeñas células semejantes a cabellos. De cada célula sale un nervio.
Cuando muevo mi cabeza, el líquido que hay en los conductos semicirculares golpea los nervios. Los nervios envían mensajes a mi cerebro. Entonces mi cerebro envía mensajes a los músculos de mi cuerpo. Estos mensajes hacen que yo conserve el equilibrio mientras ando, corro, doy vueltas, salto o giro sobre mí mismo.
Las partes de mi oído
Los conductos semicirculares se encuentran en la parte del oído que está dentro de mi cabeza. Otras partes del interior de mi oído también me sirven para oír. Puedes enterarte de cosas acerca de estas otras partes en las páginas 82 y 83.
Órganos que utilizo para mantener el equilibrio