Mientras estoy despierto, mis cinco sentidos me envían mensajes. Veo diez tonos de verde en el parque. Oigo tocar a una banda de música y el ruido de los pies al andar. Toco la suave piel de mi hermanito. Huelo la lluvia. Muerdo una deliciosa manzana y la pruebo.
Mi manera de recibir esos mensajes es personal. Presto atención a las cosas que me gustan más. No hay dos personas que tengan unos mismos gustos. Tampoco hay dos personas que reciban unos mismos mensajes de sus cinco sentidos.
No hay nadie que reciba los mismos mensajes que recibo yo.