Todas las partes de mi cuerpo trabajan juntas.
Mis pulmones llevan el aire a mi cuerpo. Mi cerebro, mis huesos y mis músculos los ayudan.
Para poderse mover, mis huesos necesitan ayuda. Mis huesos reciben la ayuda de mis músculos.
Mi cerebro piensa y envía mensajes a todo mi cuerpo. Mi cerebro necesita oxígeno. Recibe el oxígeno de mi sangre.
Mis músculos, mis huesos, mi cerebro, mis pulmones, mi corazón, mis nervios y mi estómago se ayudan unos a otros. Yo me preocupo de no tener enfermedades para que todo funcione bien.
Me lavo cada día. Me limpio los dientes. Me ducho. Me lavo las manos antes de comer.
Como los alimentos que necesita mi cuerpo para crecer, conservarse caliente y funcionar bien.
Duermo mucho.
Procuro estar al aire libre. Corro, salto, juego y subo por todas partes. Gracias a todo esto mis músculos crecen fuertes.
Voy con mucho cuidado si he de tocar cosas cortantes, como cuchillos o tijeras. Tengo mucho cuidado de no alejarme de la orilla cuando voy a la playa. Miro a los dos lados con mucha atención cuando voy a cruzar una calle.
Yo soy un ser humano y mi organismo es el que corresponde a un ser humano. No tengo ni el pelo de un oso, ni la cresta de un gallo, ni los cuernos de un carnero, ni los ojos de una mosca, ni las orejas de un lobo. Yo soy yo y todas las partes de mi cuerpo contribuyen a que yo sea como soy. Debo ocuparme de que mi cuerpo funcione bien.