En el centro de mi vientre hay una señal. Es mi ombligo. Antes me preguntaba qué era aquello. Ahora ya lo sé.
Antes de nacer viví unos meses dentro de mi madre. Estaba unido a ella por una especie de tubería que se llama cordón umbilical. El cordón salía del centro de mi vientre. A través de él recibía la comida y el oxígeno que necesitaba para vivir. A través de él se iba la suciedad de mi cuerpo.
Durante nueve meses crecí y me hice grande porque el cordón me unía a mi madre.
Cuando ya había crecido bastante para poder vivir por mí mismo, dejé el cuerpo de mi madre. Entonces nací.
Ahora ya puedo beber leche.
Mis riñones y mis intestinos eliminan la suciedad.
Puedo respirar con mis pulmones.
Ahora ya no necesito el cordón umbilical. El médico cortó el cordón inmediatamente después de que yo naciera. Al cabo de una semana, más o menos, sólo quedaba esta señal en el centro de mi vientre: mi ombligo.
