Todas las cosas vivientes —plantas, animales y personas— están hechas de millones de células. Yo estoy hecho de células.
Una célula es la parte viviente de mi cuerpo más pequeña que se pueda imaginar. Una célula puede ser larga o corta, gruesa o delgada, redonda o poligonal. Está formada por un material parecido a la mermelada, que se llama protoplasma. Las células son tan pequeñas que sólo pueden verse a través de un microscopio.
Todas las células crecen y se dividen. Cada minuto mi cuerpo produce más de mil millones de células. Las células se reproducen creciendo y partiéndose en dos.
Para vivir, las células necesitan comida y oxígeno. El oxígeno está en el aire. Yo respiro aire. Yo como. Mi cuerpo transforma en parte estas dos cosas y mi sangre las lleva a todas las células de mi cuerpo.
Mis células usan el oxígeno y la comida y rechazan las cosas que no pueden utilizar. Estas cosas inútiles se denominan productos de desecho. Mi sangre lleva los productos de desecho lejos de mis células.
Las células tienen misiones especiales. Tengo células de la piel, de la sangre, de los huesos, del cerebro. Todas juntas, los miles de millones de células que tengo forman la persona llamada “yo”.